Lugares
de ensueño, que parecen estar más allá de la realidad. Espacios idílicos,
situados en regiones tropicales, rodeados de flora y fauna, raramente
vista por aquí, con la que se trata despertar el espíritu aventurero latente en
nosotros. Fotografías tomadas en momentos exactos, un despejado día de
primavera, en el ocaso del verano, o a la luz de la luna rodeados por miles de
estrellas.
Estas
son parte de las fotos que han quedado finalistas en el concurso de imágenes de viajes de la revista Smithsonian, una publicación que se edita desde 1970 en Estados Unidos. Con ello tratan de trasladar al lector a estos maravillosos rincones del planeta, y por otra parte dan una idea de lugares inolvidables a los que acudir.
Por otra parte, se puede apreciar que en todas las imágenes aparece el hombre o alguna de sus creaciones, simbolizando toda su creatividad. Otra muestra de lo conectado que está el mundo y el intercambio de ideas que existe entre todas sus etnias, pero sin llegar a perder las costumbres de cada tierra. Asimismo me pregunto, que tendrán esos parajes exóticos, que causan tantas emociones incontenibles, y que acaban en un éxtasis de euforia y tristeza al mismo tiempo, por el hecho de no poder estar físicamente allí.
Ciertamente
podríamos confirmar que tenemos envidia. Envidia de todos aquellos que han
estado o residen allí, que pueden permitirse los costosos viajes, que son
trotamundos innatos. Mientras que nosotros, en la soledad de nuestra oscura
habitación, nos damos el consuelo de contemplar durante unos efímero instantes
la imagen, e imaginar todas las aventuras en las que podríamos tomar parte.
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